martes, 17 de marzo de 2009

UN BOSQUE PELIGROSO

En un lugar muy lejano, en lo alto de las montañas, había un pueblo pequeño con muy poca gente. En ese pueblecillo vivía una familia llena de felicidad. Allí vivía un niño, se llamaba Miguel. Era un niño muy poco amistoso, siempre estaba solo. A Miguel le gustaba muchísimo leer e imaginar como sería su vida en otro planeta, dónde nadie le conociese y pudiera hacer amigos. Era tarde, Miguel estaba bastante lejos de su casa. Era de noche. Miguel ya llegaba, hasta que oyó un estruendo…Se asustó pero la curiosidad le obligaba a ir a ver que había pasado. Se encontró con un compañero suyo, lleno de sangre, tosiendo muy fuerte. Fue allí corriendo, a ver lo que había pasado y a ayudarle. Al llegar, lo primero que dijo el compañero fue, ¡Vete! ¡Vete! ¡No quiero que me vean contigo! Prefiero que me venga a buscar mi amigo Pablo, Miguel no se quería ir, ¡no podía dejarlo así! No te dejaré, anda déjame que te ayude, costó mucho convencer a su compañero llamado Eduardo pero al final se dejó ayudar. Lo cogió como pudo y se lo intentó llevar al hospital. Estaban muy apartados del pueblo. Se encontraron con un río, tuvo que hacer un salto para pasar al otro lado. Siguieron caminando, hasta que Miguel no pudo más y se paró. Lo dejó en el suelo durante un rato para él descansar. Mientras estaban sentados, Miguel le preguntó a Eduardo que, ¿qué había pasado? Él le contestó que no podía decir nada o tendrían problemas, él y Miguel. Miguel sé quedó un poco asustado y muy blanco, le dijo que le diera una pista, Eduardo se la dio…son gente peligrosa, no te puedes meter con ellos porqué si lo haces…estas ¡MUERTO!
Miguel estaba muy pálido, no sabia que pensar, Eduardo le dijo que a pesar de haberle salvado, corría peligro, allí estaban en peligro. Miguel le dijo que si era para asustarle que parara porqué lo estaba consiguiendo. Eduardo hablaba enserio, Miguel dijo que tenían que ir rápido al hospital, allí estarían a salvo, Eduardo le dijo que ahora en ningún sitio estarían a salvo, esa gente son capaces de hacer explotar el edificio total de no dejarnos vivos. Fueron corriendo, Eduardo ya tenía mas fuerzas. De golpe… ¡PAAAAAFFF! ¡Se encontraron con una trampa! Les habían cogido, Eduardo dijo… ¡NO! ¡Esta vez no! Y sacó una navaja del bolsillo, empezó a romper la cuerda hasta que cayeron al suelo. Siguieron corriendo. Empezaron a ver luces. El hospital gritaron los dos, no se lo podían creer! Fueron a la carretera, corriendo. De golpe, se dieron cuenta de que eso no eran luces del pueblo sino que eran coches, coches tuneados, enfocándoles a ellos. Esos hombres o chicos lo que fueran empezaron a decir, venid, venid, os queremos ayudar, no os haremos daño…
Salieron corriendo. Sin parar. Pero de repente, se dieron cuenta de que estaban rodeados por muchos hombres. No podían hacer nada, les habían cogido, iban a morir. Les durmieron. Y al despertarse se encontraron en un hospital, con sus padres. Estaban muy contentos, pero no se iban a creer nada, bueno tampoco se lo iban a contar, seria su secreto.