martes, 17 de marzo de 2009

LA AMISTAD

Era invierno y había nevado mucho. Yo tenía que ir a la escuela:
-Ainoa levanta, a nevado i tienes que salir mucho antes de casa – Me dijo Maria, mi madre
-Pero mama no quiero ir a la escuela porque no hay calefacción y me dará un yuyo del frió que hace, y además hoy tengo que entregar el trabajo de sociales y no lo he acabado – Le dije toda preocupada
-Ainoa levántate, si hace frió te abrigas bien y si no as acabado el trabajo de sociales es tu problema yo te avisé que lo acabaras –
Entonces yo me levante, me vestí, almorcé, me peine, cogí la maleta i me fui corriendo de casa hacía la escuela.
Cuando estaba pasando por el bosque oí un ruido y eche a correr como una loca porque me asuste mucho.
Llegué a la escuela y mi amigo Raúl me pregunto:
-¿Que te pasa? ¿Por que estas roja? –
-¡Ay!, deja de hacer preguntas que me estresas –
En ese momento sonó la sirena i entramos a clase de plástica, la profesora decía que el arte era tan bonito y tan encantador que parecía de otro planeta.
Al cambio de clase Raúl me pregunto que había pasado y le explique lo del ruido que había escuchado en el bosque, y el me contesto que cuando acabara la escuela iríamos. Al final resulto que la profesora de sociales, la que tenía que entregar el trabajo, estaba mala y no vino a la escuela.
Acabó el colegio y me acompaño a casa y pasamos por el bosque.
Buscando y buscando resulto que nos perdimos, no sabíamos que hacer, llego la noche y no supimos encontrar el camino a casa.
Al cabo de un rato, de nuevo, oímos el mismo ruido que procedía de un árbol, un árbol en el que se había quedado atrapado un enanito, el pobre llevaba allí desde esa misma mañana. El ruido que sentí, fue el enanito pidiendo ayuda. Raúl y yo lo rescatamos y gracias a esto el enanito nos concedió un deseo al cual pudimos volver a nuestras casas.
Ese día nuestra amistad se hizo más fuerte, y supimos diferenciar entre un juego i un problema de verdad.